martes, 20 de abril de 2010

Por qué empecé a correr...

Quizá algunas personas se acuerden de que hace un tiempo ver a una persona en chándal era objeto de miradas lo cual hoy pasa inavertido.
Empecé a correr por culpa de mi timidez y mis nervios, tuve que demostrarme a mi mismo que a pesar de mis complejos, que en mi interior había algo que no fucionaba. Siempre corrí en cursas para divertirme, aunque gané algunas satisfacciones: era acabarlas, saludar a los amigos y cómo no, un café, una pasta y una charlada para comentar siempre la siguiente semana.
Salimos el martes, yo no puedo el jueves, el domingo hay cursa, vamos!, yo sí, cuídate, nos llamamos, etc.
Hice varias maratones. Con recuerdos diferentes pero no podré olvidar la de la olimpiada del 1992. Quien lleva corriendo 42 kilómetros y entra por el túnel del estadio de Montjuic y no llora, si es valiente, que me lo diga. Cada persona somos diferentes pero cuando se trata de un maratón nunca desprecies a nadie: da ánimos, que quien lo recibe es muy gratificador para el corredor.

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